Cosméticos
Una “Bella” oportunidad de Negocio
A medida que crecen las economías de Latinoamérica, se estabiliza el mercado Norteamericano y aumenta la cantidad de consumidores, el continente Americano ha producido varios mercados de productos en pleno crecimiento. Si hay una empresa que actualmente se denomine mundial y en continuo crecimiento, con proyecciones positivas y rentables, es la empresa cosmética. El continente Americano es sinónimo de belleza no sólo por sus paisajes, sus habitantes o su cultura, también lo es por el fuerte ritmo de crecimiento de la industria de productos cosméticos. En un mundo globalizado como en el que actualmente vivimos, las opciones de negocios son cada vez mayores, pero esa misma cantidad de opciones hace que la elección sea más compleja.
En 10 años el mercado de productos cosméticos de América Latina pasó de representar un 8% del mercado global a un 18 %, siendo la región que más creció en este segmento a nivel mundial. Mantener estos ritmos de crecimiento implica cambios de paradigmas y actualización constante.
Profundamente ligada con el concepto de belleza y de adaptación, los cosméticos son la consecuencia del impulso natural de sentirse y verse bien, es una extensión de la personalidad y lo que queremos reflejar ante nuestros comunes.
Es por ello que vienen preguntas como ¿qué sucede en la mente cuando juzgamos a alguien por su apariencia? ¿La valoración depende sólo del que observa? ¿Existen patrones comunes de cómo es alguien? ¿Cómo es nuestra reacción ante patrones de apariencia como saludable, limpio o joven? ¿Las reacciones cambian dependiendo del tipo de maquillaje usado? ¿Lo qué observamos en las personas es lo que realmente quieren proyectar o por el contrario es lo que quieren ocultar?.
Nancy Etcoff, psicóloga de Harvard Medical School, en base a los resultados de un experimento1 sobre las percepciones que tenemos frente a la variación del maquillaje, llego a una conclusión que todos sabemos “estamos programados para juzgar el libro por la portada. Las personas atractivas nos parecen más talentosas, sociables y buenas. Es el llamado “efecto del halo de la belleza”. Es así como vemos que el llamado ¨efecto del halo de la belleza”, es un concepto que no se va a extinguir, que va intrínseco en todas las culturas, independientemente de la época, y por el contrario cada vez es más rápido su evolución y adaptación en todas las sociedades.
La innovación en la industria cosmética, es cada vez más ágil, se renueva muy rápidamente las formulaciones, opciones y en consecuencia el mercado. Así también podemos observar que por esta tendencia de evolución tan marcada de la industria cosmética, la gran oportunidad que se abre para los ingredientes (materia prima) naturales, en donde el continente Americano, en especial la región Latinoamericana tiene una amplia variedad y ventaja, debido a la diversidad de sus recursos.
Ahora bien, puede ser que todo lo anterior se lea muy atractivo, y puede que esté considerando entrar en el negocio de la industria cosmética, y en consecuencia surge la pregunta principal ¿Qué tengo que hacer? Y a partir de ésta, derivan todas las otras dudas, ¿Cuánto tengo que invertir?, ¿Qué producto puedo comercializar?, ¿Dónde y cómo lo puedo vender?, y tal vez la pregunta más frustrante ¿Necesito sacar algún permiso? Y es aquí donde muchos declinan ante su sueño de emprendedores, ya que hemos aprendido que es un proceso extremadamente complejo, con miles de problemas y dolores de cabeza. Pero le tengo una buena noticia, no es tan horrible como lo imagina y en la segunda parte de este artículo le voy a explicar de manera sencilla como hacerlo.
Ftico. Juan Carlos Rondón H.